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¿Ser mamá es más agotador que trabajar?

¿ser mamá cansa más que trabajar?

En definitiva. La maternidad implica un esfuerzo constante, extraordinario y especialmente mucho más desgastante que el de una jornada laboral común. Sin una remuneración tangible, sin descanso establecido y en ocasiones una tarea desvalorizada, está comprobado que ser madre es el trabajo más agotador de todos. Descubre por qué.

La maternidad también es demandante

La búsqueda del éxito profesional y la inclusión actual de la mujer en el mundo laboral nos ha hecho creer que la autorrealización se encuentra en la oficina y no en el cuidado de los hijos. Que llegar a la cima en el mundo de los negocios es la meta principal y por lo cual se le valora en mayor medida que la labor de ser madre.

Sin embargo, las mujeres que dedican su tiempo al hogar y a criar a sus pequeños, dan fe y aseguran que se trata de tareas mucho más cansadas, cambiantes, y que requieren dosis extras de paciencia y dedicación, cuyo mérito debería ser reconocido.

la maternidad también es demante

Por ello, la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, se propuso realizar una encuesta que incluyó a 2 mil padres de familia, descubriendo que 1 de cada 10 mujeres afirma que el cuidado de sus hijos compromete tanto su salud física como la emocional. Los hombres no se quedaron atrás y de igual forma se obtuvieron resultados sobre la carga de trabajo que representan los hijos, principalmente en sus primeros años de vida. Como resultado, se obtuvo que el 13% de los encuestados presentaron signos evidentes de cansancio.

Incluso, el "Síndrome de Burnout", usado para situaciones laborales, ya es aplicado en este caso como "Síndrome de la madre agotada", refiriéndose al estrés, la fatiga y el agotamiento extremo en la maternidad.

El trabajo de ser mamá

el trabajo de ser mamá

Aunque ser mamá es un trabajo difícil, al mismo tiempo es todo un orgullo, pues:

  • Desde el momento del embarazo, firmas un contrato indefinido por 24 horas al día, 7 días a la semana, por los próximos 18 años, al menos. Sin mencionar aquellas mamás que compaginan la crianza, con un trabajo fuera de casa.
  • Nadie te enseña, te prepara o te capacita para ser mamá. Los consejos de familiares, la información en Internet o los libros especializados son sólo una probadita de lo que la maternidad representa. Se aprende sobre la marcha, a prueba y error.
  • Te enfrentas a nuevos retos cada día: bañar a tu recién nacido, enseñarlo a ir al baño por sí solo años después, tareas escolares, adolescencia...
  • No hay ninguna remuneración económica. Al contrario, gran parte de tu dinero será destinado a cubrir las necesidades de tus hijos, quedando las tuyas en segundo plano.
  • El trabajo materno implica repetir las mismas tareas innumerables veces. Tienes que lavar una y otra vez, y al instante vuelve a estar sucio. Tal situación puede ser frustrante, pues las tareas nunca son completadas.
  • Vives situaciones en las que por más que quisieras no tienes ningún control. Por ejemplo, darías todo por proteger a tus hijos de cualquier cosa, pero a menudo te sientes impotente.
  • Los niños son impredecibles y por mucho que te esfuerces en planificar tu día, lo más seguro es que las cosas no sucedan tal como las visualizaste. Al final del día, quizá llegues a creer que fuiste improductiva o que no has avanzado en absoluto.
  • Los errores son muy criticados, tanto por los demás como por ti misma. Incluso pudieras llegar a sentir que no tienes derecho a equivocarte.

siéntete orgullosa de ser mamá

Indudablemente, ser mamá es de los trabajos más importantes y demandantes que se puede tener. Aunque la sociedad no lo reconozca, la satisfacción de ver a tus hijos crecer es más que suficiente. Y no olvides tomar un respiro de vez en cuando y no dejar de lado a tu persona.

Autor:Alejandra Núñez. L.C.C.

Fuentes:

Nueva Mujer


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