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Alumbramiento y como favorecer el encuentro

Una vez que ha nacido el bebé hacen falta unas cuantas contracciones para expulsar la placenta, éstas son más llevaderas porque el cuerpo de la madre está impregnado por la hormona del amor (oxitocina), que hace que sólo tenga ojos para su recién nacido.

En el bebé las catecolaminas aún presentes en su sangre provocan que esté muy receptivo para el contacto con su madre. La mira y escudriña su cara con gran interés durante un buen rato; es un momento cumbre, el inicio de un fuerte vínculo afectivo entre los dos que durará toda la vida.

Siete consejos para favorecer el encuentro entre madre e hijo y su fácil adaptación al nuevo mundo

Fuera de la barriguita de mamá todo es extraño, es un lugar lleno de sensaciones desconocidas; tú lo puedes ayudar a que sea más fácil su adaptación

- Su piel contra tu piel: Ponle desnudito sobre tu cuerpo y arrópale con una mantita. E l cambio de temperatura al salir del útero ha sido enorme, va de 37 a 24 ºC pero el contacto con tu cuerpo cálido le ayuda a regularla. Mantenle contigo todo el tiempo que puedas.

- Déjale mamar: Acércale un pezón a la boquita para que lo huela y lo chupetee (todavía no sabe mamar, pero así aprende). Y amamántale a demanda, es lo que necesita.

- A media luz: Baja la intensidad de las luces donde esta el bebé; en el útero vivía en penumbra y ahora la iluminación muy potente le molesta.

- Sin voces ni ruidos: Cuando el bebé vivía dentro de su madre los sonidos le llegaban amortiguados por las paredes del útero pero una vez fuera los ruidos y voces le resultan atronadores.

- Tu voz, música para sus oídos: El bebé conoce la voz de su madre desde que estaba en su vientre, también conoce la de su padre por eso le reconforta cuando le susurran palabras de amor. Otro sonido familiar y tranquilizador es el del corazón de su madre cuando apoya su cara en su pecho.

- Tacto agradable: El bebé es muy sensible al tacto con superficies frías, duras o ásperas: una balanza de metal, una toalla; en cambio las caricias de su madre son muy placenteras.

- Movimientos suaves: Cuando los acuestes en su cuna hazlo con cuidado o se asustará y acúnale con delicadeza, sin miedo, como cuando se balanceaba en tu vientre.

Fuente:
http://www.crecerfeliz.es/

Fase de dilatación y expulsión | Mamá e hijo durante el parto.Vivencias de cada uno
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