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Fase de dilatación y expulsión

Dilatar de 4 a 10 cm puede llevarle a la madre bastantes horas; conforme pasa las contracciones son más intensas, largas y seguidas; tiene poco tiempo para respirar y reponerse entre ellas, el malestar y cansancio comienzan a ser intensos, se une la desesperación. La madre utiliza la respiración de jadeo para aguantar las ganas de pujar.

Mientras el bebé...

Siente las contracciones como "oleadas de presión". Es un masaje que le tonifica, como un lameteo que estimula sus defensas y degrada grasa de su cuerpecito, transformándola en energía.

Con cada contracción su organismo libera catecolaminas, hormonas del estrés que le ponen en alerta: así aumenta su resistencia, el corazón bombea más sangre a las zonas que necesitan oxígeno (cerebro y pulmones) y al nacer se desencadena rápidamente la respiración pulmonar.

Para el pequeñito el estrés que esta viviendo en esta fase no significa un sufrimiento, porque siente al igual que su madre que no hay nada malo.

Fase de expulsión

Hasta este momento la madre ya ha dilatado 10 cm por lo que esta más cerca del nacimiento, así que puede que le entre el pánico pero también es posible que recobre los ánimos ya que finalmente hará lo que tanto ansiaba desde hace rato: Pujar con las contracciones.

Para el bebé

La presión que siente el bebé durante la fase de expulsión es máxima, la salida es estrecha pero ya ve la luz al final.
La bajada por el canal del parto es complicada pues tiene que estar girando de tal manera que los diámetros de su cabeza y la pelvis de su madre coincidan; desde luego que sabe cómo hacerlo si le dejan tiempo, para nuestro pequeñito ha de ser un viaje aterrador que por suerte no dura mucho.

Se acerca una contracción, el bebé siente presión que le ayuda a asomar la coronilla; viene otra contracción, el bebé gira y sale un hombro, otra más y finalmente se desliza fuera el cuerpo. Para él ésta salida es como bajar por un tobogán de cabeza. Una vez fuera del útero vive una sensación rara, nota que le falta su "cueva protectora".

Inmediatamente después del desconcierto viene la calma al ponérsele sobre el pecho de su madre quien le rodea con sus brazos. Reconoce su olor y su voz, ahora siente sus caricias directas sobre su piel, que sensación de calma y placer para ambos.

Fuente:
http://www.crecerfeliz.es/

El nacimiento se acerca, primeras contracciones | Alumbramiento y como favorecer el encuentro

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